Capítulo 5: “Alzará estandarte a las naciones lejanas”


Isaías: Los tiempos del cumplimiento, un comentario versículo por versículo por Iván D. Sanderson, está disponible en forma impresa en Deseret Book y Amazon.com y como un e-libro en español y en inglés para Kindle.

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El capítulo 5 consta de tres partes. En la primera, Isaías describe la apostasía de Judá y Jerusalén en un cántico alegórico. En la segunda parte el Señor, en una serie de oráculos de angustia, pronuncia maldiciones sobre el pueblo por haber roto Su convenio. La tercera parte predice el recogimiento y la restauración de Israel en los últimos días. La estructura de este capitulo de tres partes refleja la estructura del capítulo 1, el Libro de Isaías en su totalidad,  y la historia de la casa de Israel que consta de tres partes.[1]

El cántico alegórico de Isaías comprende los primeros siete versículos. Compuesto por Isaías y cantado posiblemente a los hombres de Judá, el cántico describe la apostasía de la casa de Israel que ocurrió a pesar de todo lo que el Señor hizo por ella, y describe su dispersión y azotamiento. Comenzando con el versículo 8 hay cinco oráculos de angustia, cada uno comenzando con las palabras “ay de” y enunciando maldiciones—las cuales incluyen su destrucción y esparcimiento como nación—sobre el pueblo por el Señor como una consecuencia de su maldad y apostasía. En la tercera parte el Señor levanta un estandarte, o bandera, para llamar a Su pueblo desde las partes más lejanas de la tierra. La gente viene “pronto y velozmente” a Sión.

Nefi cita el capítulo 5 por entero con variaciones menores en su redacción; compárese 2 Nefi 15.

En el versículo 1 Isaías declara, comenzando el cántico alegórico: “Ahora cantaré a mi amado el cantar de mi amado acerca de su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil”. El Libro de Mormón registra “Y entonces cantaré a mi muy amado.…[2] El uso de la expresión “muy amado”, que significa el Señor, indica que Isaías consideró al Señor como un amigo fiel y personal.  La viña representa Judá y Jerusalén alegóricamente.

En el versículo 2, Isaías continúa: “La había cercado, y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre y también había hecho un lagar en ella; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres”.

En el versículo 3 el punto de vista cambia de Isaías al Señor: “Ahora pues, oh habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, juzgad, os ruego, entre yo y mi viña”.

En el versículo 4 el Señor hace algunas preguntas retóricas: “¿Qué más se podía haber hecho a mi viña, que yo no haya hecho en ella? ¿Por qué, cuando yo esperaba que diese uvas, ha dado uvas silvestres?” Este desafío y las preguntas retóricas que lo acompañan nos hace recordar la acusación de Natán el profeta al rey David con respecto a sus pecados de adulterio y asesinato; Natán comienza la acusación con una parábola.[3] Los hombres de Judá, aquí desafiados por Isaías, son tan culpables como lo fue el rey David.

En los versículos 5 y 6 el Señor continúa la alegoría, describiendo las consecuencias de la apostasía. El versículo 5 comienza: “Pues ahora os diré lo que haré yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; derribaré su cerca, y será hollada”. Las consecuencias alegóricas tienen equivalentes espirituales—el Señor cesaría de defender a Su pueblo. “Será consumida” significa que las grandes bendiciones que fueron ofrecidas a Judá y a Jerusalén se permiten ser obtenidas y disfrutadas por otros; las frases “le quitaré su vallado” y “será hollada” se refieren nuevamente a que les sería quitada la protección del Señor.

El versículo 6 continúa: “Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella”. “Haré que quede desierta” se refiere a las destrucciones que caerían sobre la casa de Israel. “No será podada ni cavada” significa que el Señor no proporcionaría guía, cuidado o revelación alguna. “Crecerán el cardo y los espinos” prevé que invasores fuera del convenio ocuparían la tierra, y que las doctrinas falsas se originarían para suplantar las verdades dadas por el Señor;[4] y “a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella” se refiere a las sequías y las hambrunas tanto espirituales como físicas.[5]

Los versículos 2 al 6 contienen un quiasma:

A: (2) La había cercado, y despedregado y plantado de vides escogidas; había edificado en medio de ella una torre y también había hecho un lagar en ella;
B: y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres.
C: (3) Ahora pues, oh habitantes de Jerusalén y hombres de Judá, juzgad, os ruego, entre yo y mi viña.
C: (4) ¿Qué más se podía haber hecho a mi viña, que yo no haya hecho en ella?
B: ¿Por qué, cuando yo esperaba que diese uvas, ha dado uvas silvestres? (5) Pues ahora os diré lo que haré yo a mi viña:
A: Le quitaré su vallado, y será consumida; derribaré su cerca, y será hollada. (6) Haré que quede desierta; no será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella.

La declaración introductoria contrasta con su reflexión. Primero, el Señor con mucha energía prepara la viña, protegiéndola con un vallado y un seto y plantando el terreno con vides escogidas. A pesar de los esfuerzos diligentes del Señor, la viña da uvas silvestres. En la reflexión antitética el Señor quita el seto, derriba el vallado para permitir que el terreno sea invadido y hollado, rehúsa Su cuidado y manda a las nubes que no derramen lluvia. Como resultado, la tierra se llena de cardos y espinos.

En el versículo 7 Isaías explica la alegoría del Señor: “Porque la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá son su planta deleitosa”.[6] Así Isaías resume la acusación: “Y esperaba justicia, y he aquí vileza; rectitud, y he aquí clamor”. El Gran Rollo de Isaías, uno de los Rollos del Mar Muerto, presenta “he aquí, clamor de angustia”.[7] “Justicia”, como se usa aquí, significa “juicio social”.[8] Otros significados para “justicia” que se hallan en los escritos de Isaías incluyen la equidad,[9] la retribución,[10] el buen razonamiento,[11] y un sistema justo de leyes.[12]

Una variante de esta alegoría—que consiste de doce olivos en vez de vides—fue presentada al profeta José Smith por el Señor. En este caso, los siervos disputaron entre sí sobre la necesidad de un atalaya, “siendo ésta una época de paz”. Pero vino el enemigo, quebrantó el seto, y devastó la viña. El Señor castigó a Sus siervos:

«¿No os precisaba haber hecho lo que os mandé y—después de haber plantado la viña, construido el vallado alrededor y puesto guardas en los muros—haber edificado también la torre, colocado un atalaya en ella y vigilado mi viña para que el enemigo no os sobreviniese, en vez de quedaros dormidos?»[13]

Los versículos 8 al 24 presentan cinco oráculos de angustia, describiendo maldiciones y consecuencias impuestas por el Señor a causa de las transgresiones de la casa de Israel.

El significado del versículo 8 es fácilmente entendido incorrectamente en la versión de Reina-Valera: “¡Ay de los que acaparan casa tras casa y añaden campo tras campo hasta ocuparlo todo, y así habitaréis vosotros solos en medio de la tierra!” El Libro de Mormón dice “¡Ay de los que juntan casa con casa, hasta no haber más lugar, para quedar solos en medio de la tierra!”.[14] Miqueas clarifica el significado: “¡Ay de los que en sus camas traman iniquidad…! Y codician los campos y los roban; y casas, y las quitan; así oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad”.[15] El Señor está disgustado con el egoísmo y la codicia; ricos propietarios, codiciando las pequeñas granjas de los pobres, cometen gran iniquidad.[16]

El versículo 9 explica que la adquisición de terrenos sería inútil: “A mis oídos ha dicho Jehová de los ejércitos: Ciertamente muchas casas han de quedar asoladas, sin morador hasta las grandes y hermosas”. El Libro de Mormón registra “muchas casas han de quedar asoladas, y grandes y hermosas ciudades quedarán sin habitantes”.[17] Esto tipifica varios ciclos de destrucción, comenzando con la cautividad babilónica e incluyendo la destrucción de los inicuos en el tiempo de la Segunda Venida del Señor, como describió Isaías en otro capítulo más adelante: “Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda, y tu descendencia heredará naciones y habitará las ciudades desoladas” (énfasis añadido).[18]

Por causa de las maldiciones del Señor tal como explicó Isaías, el poseer una abundancia de campos sería poco provechoso, como se describe en el versículo 10: “Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un homer de semilla producirá un efa”. El significado aquí es claro, pero las unidades de medida no son bien conocidas. Una yugada es el espacio de tierra de labor que puede arar una yunta de bueyes en un día,[19] un bato es una medida líquida, el contenido de una piel de cabra;[20] y modio es una medida para áridos, que usaron los romanos y equivalía aproximadamente a 8,75 l.”.[21] Por consiguiente la producción de vino es considerablemente menos de lo que se esperaba, y la cosecha de grano es la décima parte de lo que se sembró.

El próximo oráculo de angustia, que comprende los versículos 11 y 12, se trata de la embriaguez y el jolgorio. El versículo 11 comienza: “¡Ay de los que se levantan de mañana para ir tras las bebidas fuertes y así siguen hasta la noche, hasta que el vino los enciende!” La embriaguez y el estilo de vida ruidoso que la acompaña son ofensivos a la vista del Señor.

El versículo 12 continúa: “Y en sus banquetes hay arpas y vihuelas, tamboriles y flautas, y vino; y no consideran la obra de Jehová ni miran la obra de sus manos”.  Los instrumentos musicales, una vez utilizados para la adoración del Señor, ahora son sólo usados para el entretenimiento. Porque su interés y energía se dirigen a lo mundano, la gente no reconoce la obra del Señor.

En los versículos 13 y 14, se relatan las consecuencias detalladamente. En el versículo 13 el Señor declara: “Por tanto mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y sus hombres honorables perecen de hambre, y su multitud se seca de sed”. Esta declaración presagia la cautividad babilónica pero también es un símbolo de otras destrucciones en el porvenir. La gente es llevada cautiva porque les falta el conocimiento espiritual. El hambre y la sed espiritual, así como las carencias físicas, están implícitas.[22]

Los versículos 11 al 13 contienen un quiasma:[23]

(11) ¡Ay de los que se levantan de mañana
A: para ir tras las bebidas fuertes
B: y así siguen hasta la noche, hasta que el vino los enciende!
C: (12) Y en sus banquetes hay arpas y vihuelas, tamboriles y flautas, y vino;
D: y no consideran la obra de Jehová
D: ni miran la obra de sus manos.
C: (13) Por tanto mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y sus hombres honorables perecen de hambre,
B: y su multitud se seca
A: de sed.

En este quiasma, la búsqueda del placer por los hijos de Judá se contrasta con sus sufrimientos después de su derrota y consecuente cautiverio. Antes, seguían las bebidas fuertes; en cautividad y derrota fueron plagados con sed. Antes de su cautividad se encendían con vino; después, la multitud se seca. Estas angustias les sobrevendrían porque no consideraron al Señor ni Su obra.

El versículo 14 describe las consecuencias físicas tal como las espirituales: “Por eso se ensanchó el Seol y sin medida abrió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su alboroto y el que en ella se regocijaba”. “Seol” significa el mundo de los espíritus de los muertos.[24] Es decir, muchos perecerán en las destrucciones predichas.

El versículo 15 dice: “Y el hombre será humillado, y el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos”. El hombre ordinario tanto como el varón poderoso será humillado, y a los arrogantes se les obligará a bajar sus ojos.

En contraste, el versículo 16 describe la gloria del Señor: “Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia”. El hombre ordinario, el varón poderoso y aún los altivos en algún momento reconocerán el poder y gloria del Señor, Su derecho de reinar y juzgar, y Su rectitud. Tal como dijo el Señor: “Por mí mismo hice juramento; de mi boca salió palabra en justicia y no será revocada. Que ante mí se doblará toda rodilla y jurará toda lengua”.[25], [26] “Justicia”, como se usa aquí, significa “equidad”.[27]

El versículo 17 describe las condiciones después de la destrucción: “Entonces los corderos pacerán según su costumbre, y extraños comerán en los lugares desolados de los engordados.”. El Gran Rollo de Isaías menciona cabras, así como los engordados (cebones), apacentándose entre las ruinas.[28] La tierra—y las bendiciones del evangelio—serán poseídas por los extranjeros, o sea los que no fueron originalmente del convenio, pero que participaron en la conversión. Esta profecía fue cumplida después de la crucifixión de Cristo cuando el apóstol Pedro recibió revelación que el evangelio sería predicado a los gentiles.[29]

Cuatro oráculos más de angustia, todos estrechamente relacionados, se presentan en los versículos 18 al 23. Las consecuencias, comenzando con las palabras “por tanto”, se enuncian en los versículos 24 y 25.

En los versículos 18 y 19, el Señor maldice a los pecadores. El versículo 18 comienza: “¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad y el pecado como con coyundas de carreta”— Esto describe a personas que están tan cargadas con pecado que, en sentido figurativo, necesitan un carrito para llevar la carga, y presentan la apariencia de rectitud evitando la apariencia del pecado.

El versículo 19 continúa la frase del versículo previo: “los cuales dicen: Dése prisa, apresure él su obra para que la veamos; acérquese y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!” A causa del pecado, no creerán en el Mesías ni en Su venida hasta que lo vean.[30]

Los versículos 12 al 19 contienen un quiasma:

A: (12) Y en sus banquetes hay arpas y vihuelas, tamboriles y flautas, y vino; y no consideran la obra de Jehová ni miran la obra de sus manos.
B: (13) Por tanto mi pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento;
C: y sus hombres honorables perecen de hambre, y su multitud se seca de sed.
D: (14) Por eso se ensanchó el Seol y sin medida abrió su boca; y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su alboroto y el que en ella se regocijaba.
E: (15) Y el hombre será humillado,
F: y el varón será abatido,
F: y serán bajados los ojos de los altivos.
E: (16) Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios Santo será santificado con justicia.
D: (17) Entonces los corderos pacerán según su costumbre,
C: y extraños comerán en los lugares desolados de los engordados.
B: (18) ¡Ay de los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad y el pecado como con coyundas de carreta,
A: (19) los cuales dicen: Dése prisa, apresure él su obra para que la veamos; acérquese y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos!

“No consideran la obra de Jehová ni miran la obra de sus manos” en el versículo 12 es antitético a “dése prisa, apresure él su obra para que la veamos; acérquese y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo sepamos” en el versículo 19, revelando la hipocresía de la última declaración. El enfoque de este quiasma es que los poderosos y los nobles serán humillados. “Y el hombre será humillado” contrasta con “Jehová de los ejércitos será exaltado”. El Seol abriendo su boca para recibir las multitudes de los muertos contrasta agudamente con la escena de corderos pastoreando que prevalecería después de la matanza. “Llevado cautivo” en el versículo 13 se compara con “los que traen la iniquidad con cuerdas de vanidad” en el versículo 18, ilustrando el efecto y su causa. Esta comparación demuestra que la iniquidad es una forma de esclavitud.

El significado del versículo 20 es muy claro: “¡Ay de los que a lo malo llaman bueno, y a lo bueno, malo; que hacen de la luz tinieblas y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!”[31] En nuestro tiempo, podemos ver numerosos ejemplos de llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo. No sólo son malas prácticas del gobierno llamadas buenas por políticos corruptos que carecen de juicio, pero hemos visto que “malo” ha venido a significar “bueno” en el lenguaje cotidiano. Al poner un “giro” en lo que transpira no importa lo malo que sea, haciéndolo parecer bueno para obtener ventaja política ahora se considera una forma cultivada del arte. La brecha entre lo que es popular y lo que es recto se está ensanchando.[32] Los que traten de hacer lo bueno tendrán que separarse de las normas de la sociedad mucho más pronto que como lo hacían en el pasado.

El significado del versículo 21 también es claro: “¡Ay de los sabios ante sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!” Sin los consejos del Señor y Su conocimiento y sabiduría omnipresentes, la sabiduría y el conocimiento mundano tienen muy poco valor.

El versículo 22 se entiende fácilmente en la luz de la palabra de sabiduría:[33] “¡Ay de los que son valientes para beber vino, y hombres fuertes para mezclar bebida fuerte”—  El consumir vino y bebidas mezcladas es en la actualidad considerado un signo de masculinidad y fuerza.

El versículo 23, continuando con la frase del versículo anterior, describe una práctica común en todos los niveles de nuestra sociedad: “los que justifican al malvado por cohecho, y al justo quitan su justicia!” Las prácticas de justificar a los impíos por medio de sobornos y de quitarle sus derechos a los justos son demasiado comunes en nuestra sociedad.

Los versículos 24 y 25 explican las consecuencias asociadas con las angustias precedentes, cada una comenzando con “por tanto”. El versículo 24 comienza: “Por tanto, como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se desvanecerá como polvo, porque han desechado la ley de Jehová de los ejércitos y han despreciado la palabra del Santo de Israel”. La destrucción de los inicuos—caracterizada por la metáfora de una planta seca y podrida—será por fuego.[34]

El significado de este pasaje es como lo enunció  Malaquías: “Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; y aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama”.[35] “Raíces” se refiere a antepasados mientras que “ramas” o “flor” se refiere a descendientes. Ambas escrituras quieren decir que las consecuencias de la iniquidad incluyen el ser quemados en la Segunda Venida del Señor y de no tener efectuadas las ordenanzas de sellamiento, dejándoles sin antepasados ni descendientes en el sentido eterno.

El versículo 25 describe la destrucción catastrófica: “Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano y lo hirió; y se estremecieron los montes, y sus cadáveres quedaron como desperdicio en medio de las calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que su mano está todavía extendida”. El Gran Rollo de Isaías presenta manos en la frase final.[36]

A causa de su iniquidad el Señor está enojado con Su pueblo. Además del fuego descrito en el versículo 24, habrán terremotos que sacudirán las colinas, y los cadáveres de los muertos serán desgarrados y esparcidos en las calles. Isaías usa el tiempo pasado gramatical como si estuviera relatando los acontecimientos vistos en una visión. La frase final del versículo 25, “Con todo esto no ha cesado su furor, sino que su mano está todavía extendida”, significa que la ira del Señor continúa y Su mano está extendida contra ellos en castigo. Esta frase tiene el mismo significado que la frase precedente: “Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo, y extendió contra él su mano y lo hirió”. Al parecer, el tiempo para el arrepentimiento habrá pasado cuando estas condiciones se susciten. La frase “con todo esto no ha cesado su furor, sino que su mano está todavía extendida” se repite cuatro veces en otras partes de los escritos de Isaías, todas con el mismo significado.[37]

La tercera parte de este capítulo comprende los versículos 26 al 30, los cuales describen el recogimiento de Israel en los últimos días. Una parte de esta profecía ha sido cumplida; sin ninguna duda, la profecía continuará siendo cumplida en mayor medida en el futuro. La razón por la que esta profecía  sigue una profecía de la destrucción en el mismo capítulo es para acentuar que a pesar de la destrucción, el Señor mirará con favor a Israel y será recogida y coronada con gloria.

En el versículo 26 la palabra “estandarte” significa una bandera militar, tal como las que se usaban para anunciar las condiciones del campo de batalla y para dar mensajes a los combatientes. En este caso el mensaje es el que se reúnan: “Y alzará estandarte a las naciones lejanas y les silbará desde el extremo de la tierra; y he aquí que vendrán pronto y velozmente”. El Libro de Mormón adjunta la primera parte del versículo 27 aquí: “Y entre ellos no habrá cansado, ni quien tropiece”.[38] “Desde el extremo de la tierra” significa de muy lejos.[39] “Silbar” es una señal muy común que se usa para llamar a alguien.

Nefi parafrasea el versículo 26: “Y también para que yo recuerde las promesas que te he hecho a ti, Nefi…que me acordaría de tu posteridad; y que las palabras de tu posteridad procederían de mi boca a tu posteridad…mis palabras resonarán hasta los extremos de la tierra, por estandarte a los de mi pueblo que son de la casa de Israel” (énfasis añadido).[40]

En Doctrina y Convenios, el Señor describe a Sión en los últimos días como ese estandarte, o pendón, que se levantaría delante del pueblo: “Porque, he aquí, os digo que Sión florecerá, y la gloria del Señor descansará sobre ella; y será por pendón al pueblo, y vendrán a ella de toda nación debajo de los cielos”.[41]

A Brigham Young se le mostró una visión del valle de Salt Lake para que lo reconociera cuando él y los expulsados de Nauvoo llegaran. En particular, se le mostró un cerro prominente que hoy en día se sitúa hacia el norte de la ciudad, nombrado la Cumbre del Estandarte [Ensign Peak]. Desde ese sitio, dijo el Presidente Young, el evangelio se predicaría al mundo. Allí se levantó un asta y una bandera se izó.[42] Desde ese sitio el Señor “les silbará desde el extremo de la tierra”.

El Señor explicó a Nefi el significado de este pasaje y cómo Sus palabras, plasmadas en el Libro de Mormón, serían de gran importancia:

«Y también para que yo recuerde las promesas que te he hecho a ti, Nefi, y también a tu padre, que me acordaría de tu posteridad; y que las palabras de tu posteridad procederían de mi boca a tu posteridad; y mis palabras resonarán hasta los extremos de la tierra, por estandarte a los de mi pueblo que son de la casa de Israel;
«Y porque mis palabras resonarán—muchos de los gentiles dirán: ¡Una Biblia! ¡Una Biblia! ¡Tenemos una Biblia, y no puede haber más Biblia!
«¿No sabéis que hay más de una nación? ¿No sabéis que yo, el Señor vuestro Dios, he creado a todos los hombres, y que me acuerdo de los que viven en las islas del mar; y que gobierno arriba en los cielos y abajo en la tierra; y manifiesto mi palabra a los hijos de los hombres, sí, sobre todas las naciones de la tierra?
«¿Por qué murmuráis por tener que recibir más de mi palabra? ¿No sabéis que el testimonio de dos naciones os es un testigo de que yo soy Dios, que me acuerdo tanto de una nación como de otra? Por tanto, hablo las mismas palabras, así a una como a otra nación. y cuando las dos naciones se junten, el testimonio de las dos se juntará también».[43]

El evangelio restaurado, y en particular el Libro de Mormón, será este silbido para llamar al pueblo del Señor para congregarse desde los confines de la tierra. Los misioneros Mormones—llevando el Libro de Mormón y teniendo un testimonio del evangelio de Jesucristo, enviados en grandes números desde Salt Lake City y otros lugares—son un cumplimiento de esta profecía.

La última frase del versículo 26 dice “he aquí que vendrán pronto y velozmente”, describiendo como aquellos que respondan al llamado se congregarán en Sión. Los versículos 27 al 30 describen aún más sobre los métodos rápidos para viajar, los cuales vio Isaías, pero careció del vocabulario en hebreo antiguo para describirlos. Varias autoridades generales modernas, incluyendo LeGrand Richards,[44] han dicho que estos versículos describen el viaje moderno por ferrocarril y avión.

En el versículo 27 Isaías describe a los viajeros: “No habrá entre ellos cansado ni quien tropiece; ninguno se dormirá ni a ninguno le dará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos ni se le romperá la correa de su calzado”. El Libro de Mormón inserta la primera frase del versículo 27 al final del versículo 26: “y entre ellos no habrá cansado, ni quien tropiece”.[45] A Isaías era notable que grandes números de personas podrían ser transportadas rápidamente en una manera que no les agotaría—el cansancio era un resultado común de los viajes en tiempos antiguos, como está atestiguado en muchos sitios en las escrituras.[46]

El versículo 28, “Sus saetas están afiladas y todos sus arcos tensados; los cascos de sus caballos serán como de pedernal; y las ruedas de sus carros, como torbellino” describe su estado de preparación metafóricamente, como si fuera una fuerza militar preparada para atacar. El Libro de Mormón dice “sus flechas estarán aguzadas” y añade la primera parte del versículo 29 aquí: “Su rugido será como de león”.[47] “Pedernal” quiere decir “piedra de chispas”. “Como torbellino” describe la gran velocidad—al compararse con el estándar del tiempo de Isaías—con que conducimos nuestros coches, pero también podría describir el girar de las ruedas en los trenes. “Su rugido será como de león” describe el gran ruido que acompaña a los métodos modernos de transporte.

El versículo 29 continúa: “Su rugido será como de león; rugirán a manera de leoncillos; gruñirán y arrebatarán la presa, y se la llevarán con seguridad, y nadie se la quitará”. Isaías continúa su descripción del transporte moderno, visto en una visión, y el gran ruido que ocasiona. Como se nota arriba, la primera parte de este versículo, “Su rugido será como de león”, se añade al versículo anterior en el Libro de Mormón.[48]

El versículo 30 dice: “Y en aquel día rugirán contra ellos como el bramido del mar; y si alguien mira hacia la tierra, he aquí tinieblas y tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz”. El Libro de Mormón registra “si miraren hacia la tierra”.[49]

A Isaías le impresionaba grandemente el gran ruido de los aviones. En los versículos 29 y 30 repite una forma de la palabra “rugir” o una de “bramar” cuatro veces: “Su rugido será como de león; rugirán a manera de leoncillos”; “Y en aquel día rugirán contra ellos como el bramido del mar” (énfasis añadido). Aquí Isaías describe el sonido del transporte moderno—en particular, el rugido de los aviones de propulsión a chorro.

Con respecto a los métodos modernos de transporte visto por Isaías, el Élder LeGrand Richards dijo:

«Puesto que no habían trenes ni aviones en ese día, Isaías no hubiera podido haberlos mencionado por nombre. Sin embargo, él parece haberlos descrito en palabras inequívocas. ¿Cómo podría haber descrito mejor el tren moderno que en “las uñas de sus caballos parecerán como de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino”? ¿Cómo podría haber descrito mejor el rugido de un avión que como “su bramido como de león”? Los trenes y los aviones no se detienen por la noche. Por lo tanto, ¿no estaba justificado Isaías en decir: ‘No habrá entre ellos cansado, ni que vacile; ninguno se dormirá ni le tomará sueño; á ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus zapatos’? Con este modo de transporte ‘…vendrán pronto y velozmente’”.[50]

La frase final en el versículo 30, “si alguien mira hacia la tierra, he aquí tinieblas y tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz”, puede ser la descripción de Isaías de la vista dramática desde la ventana de un avión mientras despega hacia el cielo vespertino. Tinieblas y tribulación indican un componente espiritual profundo: los que se congregan en Sión abordan aviones que salen de tierras de tribulación, tormento y tinieblas espiritual. Éste es un significado doble clásico de Isaías.

Notas


[1]. Los capítulos 2 al 39 describen a Israel en su patria en una condición de maldad; capítulos 40 al 54 describen a Israel en exilio dispersado por todo el mundo, interactuando con gentes y acontecimientos; y capítulos 55 a 66 describen su glorioso recogimiento a su patria siguiente al arrepentimiento y purificación.
[2]. 2 Nefi 15:1.
[3]. Véase 2 Samuel 12:1-7.
[4]. Véase Isaías 55:13; 9:18; 10:17; 27:4; 32:13 y su respectivo comentario.
[5]. Véase Isaías 3:2-3 y su respectivo comentario.
[6]. La primera parte del versículo 7 contiene un quiasma: Viña/casa de Israel/los hombres de Judá/planta suya deleitosa. En Donald W. Parry, Harmonizing Isaiah [La Armonización de Isaías]: Foundation for Ancient Research and Mormon Studies (FARMS) [Fundación para Investigación Clásica y Estudios Mormones] en Brigham Young University, Provo, Utah, EE.UU., 2001,, pág. 258.
[7]. Parry, Harmonizing Isaiah [Armonizando a Isaías], 2001, pág. 51.
[8]. Véase Isaías 28:6; 42:1; 59:8, 15.
[9]. Véase Isaías 1:21, 27; 5:16; 16:3, 5; 28:6, 17; 30:18.
[10]. Véase Isaías 1:17; 3:14; 4:4; 34:5.
[11]. Véase Isaías 1:17; 28:7; 40:14, 27; 42:3; 59:8.
[12]. Véase Isaías 51:4; 54:17.
[13]. Doctrina y Convenios 101:53; see versículos 44-62.
[14]. 2 Nefi 15:8.
[15]. Miqueas 2:1-2.
[16]. Véase Isaías 5:8, nota al pie de página 8b.
[17]. 2 Nefi 15:9.
[18]. Isaías 54:3; véase también 3 Nefi 22:3.
[19]. Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, vigésima segunda edicion, “yugada”.
[20]. Bible Dictionary—Weights and Measures [Diccionario bíblico—Pesos y Medidas].
[21]. Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, vigésima segunda edicion, “modio”.
[22]. Véanse referencias para el versículo 6.
[23]. Parry, Harmonizing Isaiah [Armonizando a Isaías], 2001, pág. 258.
[24]. Brown et al., 1996, Número de Strong 7585, pág. 982.
[25]. Isaías 45:23.
[26]. Véase también Romanos 14:11, Mosíah 27:31; Doctrina y Convenios 76:110; 88:104.
[27]. Véase Isaías 1:21, 27; 16:3, 5; 28:6, 17; 30:18.
[28]. Parry, Harmonizing Isaiah [Armonizando a Isaías], 2001, pág. 53.
[29]. Véase Hechos 10:9-33; Compárese Isaías 65:1-7.
[30]. Isaías 5:18-19, notas al pie de página 18c y 19a.
[31]. El versículo 20 contiene 3 quiasmas sencillas: Malo/bueno/bueno/malo; Luz/ tinieblas/tinieblas/luz; Amargo/dulce/dulce/amargo. En Parry, Harmonizing Isaiah [Armonizando a Isaías], 2001, pág. 258.
[32]. James E. Faust, “Señor, creo; ayuda mi encredulidad”, Liahona, Noviembre de 2003, pág. 19.
[33]. Véase Doctrina y Convenios 89: 5-7.
[34]. Véase Isaías 1:7, 28; 9:5, 18-19 y su respectivo comentario.
[35]. Malaquías 4:1.
[36]. Parry, Harmonizing Isaiah [Armonizando a Isaías], 2001, pág. 54.
[37]. Isaías 9:12, 17, 21; 10:4.
[38]. 2 Nefi 15:26.
[39]. Véase Isaías 26:15; 40:28; 41:5, 9.
[40]. 2 Nefi 29:2.
[41]. Doctrina y Convenios 64:41-42.
[42]. Véase Gordon B. Hinckley, Nuestra herencia: Una Breve Historia de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, Salt Lake City, Utah, 1995, pág. 81. Véase también Journal of Discourses [Diario de discursos]: F.W. y S.W. Richards (26 Vols., Liverpool, England: 1854-1886), v. 13: pág. 85-86.
[43]. 2 Nefi 29:2-3, 7-8.
[44]. LeGrand Richards, A Marvelous Work and a Wonder [Una Obra Maravillosa y un Prodigio]: Deseret Book Co., Salt Lake City, Utah, 1958, pág. 236.
[45]. 2 Nefi 15:26-27.
[46]. Véase 1 Reyes 19:7; Juan 4:6; 1 Nefi 16:35-36; 17:1-2; Mosíah 7:16.
[47]. 2 Nefi 15:28-29.
[48]. 2 Nefi 15:29.
[49]. 2 Nefi 15:30.
[50]. LeGrand Richards, A Marvelous Work and a Wonder [Una Obra Maravillosa y un Prodigio]: Deseret Book Co., Salt Lake City, Utah, 1958, pág. 236.

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Una respuesta a Capítulo 5: “Alzará estandarte a las naciones lejanas”

  1. rebeca vasquez dijo:

    Esta bien explicaddo lo escrito.

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